PADRES Y MADRES COMO MODELO A SEGUIR
Formar hábitos
alimentarios saludables es una tarea importante para los padres y madres en el
proceso de crianza de sus hijos e hijas. Es significativo para la prevención de
la obesidad infantil, pero también de otros trastornos alimentarios.
Los niños y niñas aprenden observando a sus padres y madres e imitándolos, por lo que es importante que den buen ejemplo y adopten hábitos alimentarios saludables.
Los padres y madres
son modelos para sus hijos e hijas, por lo que desempeñan un papel importante
en su educación. Como bien sabemos, el aprendizaje a través del juego, el
tiempo compartido y las actividades es la mejor manera de formar actitudes
favorables para la salud en los niños y niñas. Ellos y ellas aprenden
observando su entorno, y los padres y madres son cruciales en este contexto.
Por lo tanto, impliquémonos en actividades que promuevan la salud y
asegurémonos de que nuestros hijos e hijas adopten comportamientos y actitudes
beneficiosos.
A continuación,
encontrarás algunas sugerencias y consejos que pueden ponerse en práctica y
aplicarse de inmediato para formar y modelar hábitos alimentarios adecuados en
los niños y niñas:
Explorar
juntos los alimentos: Mirad juntos distintos productos alimenticios o id al mercado para
mostrar y elegir juntos las verduras.
Habla del valor nutricional de estos productos y seña que las frutas y
verduras son muy importantes en la dieta. Es importante que los padres y madres
también consuman suficiente fruta y verdura en las comidas, para dar un buen
ejemplo a sus hijos e hijas.
Cultivar
verduras en casa: Por ejemplo, en el huerto casero o en el balcón, donde puedes enseñar a
los niños y niñas el proceso de cultivo de verduras.
Hacer
la compra en equipo: Fomenta la participación de los niños y niñas en la compra. Merece la pena
hablar con los niños y niñas sobre los alimentos y sobre los distintos grupos
de alimentos. Edúcales jugando y conversando. Esto ayudará a formar y
desarrollar la capacidad de tomar decisiones de compra saludables.
Cocinar
juntos:
Involucra a tus hijos e hijas en la cocina y en la preparación de comidas
juntos. Aprenderán jugando y compartiendo tiempo con su familia.
Comer con atención: Explorar los productos
con todos los sentidos. Es importante que los padres y madres también se
centren en comer con atención y celebrar juntos las comidas. Cuando los progenitores
dan el ejemplo adecuado, aumentan las posibilidades de que los hijos e hijas lo
sigan y consoliden actitudes y hábitos alimentarios positivos.