CONSEJOS PARA NO DEJARSE ENGAÑAR AL COMPRAR PRODUCTOS ALIMENTICIOS
2024-08-02 10:04:54 Titan Titan

CONSEJOS PARA NO DEJARSE ENGAÑAR AL COMPRAR PRODUCTOS ALIMENTICIOS

Las etiquetas de los alimentos suelen utilizar un lenguaje cuidadosamente elaborado que induce al consumidor a creer que los productos son más sanos o sostenibles de lo que son.

Las alegaciones de salud, las imágenes de ingredientes saludables en el envase o la información oculta bajo nombres difíciles de identificar se utilizan para captar tu atención y convencerte de que el producto es saludable, o hacerte creer que tiene unas expectativas de salud o calidad que en realidad no cumple. 

Para ayudarte, te damos algunos consejos sobre cómo no dejarse engañar al comprar productos alimenticios:

Aprende a leer la etiqueta de los alimentos 

Esto puede suponer un reto porque las distintas palabras desencadenantes utilizadas en los envases están sujetas a normativas diferentes. Algunas de las afirmaciones más frecuentes de la etiqueta están sujetas a normas estrictas sobre el contenido del producto, mientras que otras no tienen ningún tipo de regulación.

Para saber cómo leer los ingredientes de las etiquetas de los alimentos, empieza por los tres primeros. Los fabricantes enumeran los ingredientes según su presencia en el producto, lo que significa que el ingrediente en mayor cantidad aparecerá en primer lugar; y el ingrediente en menor proporción aparecerá al final de la lista.

Un producto será poco saludable si el azúcar o los aceites hidrogenados aparecen en primer lugar. Además, si la lista contiene de 2 a 3 líneas de ingredientes, habría que pensar si trata de un producto muy procesado.

No olvides que, en todos los productos alimenticios, el azúcar puede esconderse bajo otros nombres: jarabe de maíz de alta fructosa, dextrosa, fructosa y muchos más. Presta especial atención a los ingredientes que terminan en "-osa"; y aunque el término “Sin Azúcar” sugiere que los productos etiquetados de esta forma estarían completamente libres de azúcar, en realidad pueden contener hasta 0,5 gramos de azúcar por cada 100 g o ml y también pueden tener edulcorantes y niveles más altos de grasa para compensar el sabor y la textura que se pierden al eliminar el azúcar.

Aunque un producto pueda tener declaraciones de propiedades saludables (por ejemplo, "rico en fibra" o "bajo en grasas"), siempre es bueno mirar los ingredientes y el etiquetado nutricional y fijarse en el contenido de azúcar, grasas saturadas y sal, porque, por ejemplo, los productos que se anuncian como "bajos en grasas" suelen contener mucho azúcar.

También es importante saber que no existe legislación para las declaraciones "Bajo en hidratos de carbono”, "Natural", "superalimentos" o "superfrutas".

Además de aprender a leer una etiqueta, también es importante:

  • Considerar el tamaño de las racionesAlgunos alimentos pueden parecer bajos en calorías, sodio, azúcares añadidos u otros ingredientes debido al pequeño tamaño de la ración indicada, pero en realidad no lo son. Por ejemplo, los paquetes de galletas tienen un tamaño de ración de sólo una o tres galletas en el que se basa la etiqueta nutricional, pero contienen un número mucho mayor de galletas, lo que hace que comer de más sea mucho más fácil. Por este motivo, cuando verifiques el etiquetado nutricional de un alimento, asegúrate de tener en cuenta el tamaño de la ración.
  • Prestar atención a los envases engañosos: A veces, los fabricantes incluyen en sus envases imágenes de ingredientes saludables, aunque no formen parte de la lista de ingredientes, dando así la impresión de que son sanos. Siempre es mejor comprobar la lista de ingredientes
  • Fijarte en el origen: Que un producto esté envasado en un lugar no significa que se haya producido allí.
  • No dejar que tus ojos te engañen: Los huevos más anaranjados o con cáscara de color rosa salmón parecen de mejor calidad. Pero no lo son. Su color depende simplemente de la alimentación que han tenido las gallinas o el salmón.

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